Tarta de queso y yogur griego
La tarta de queso y yogur griego es un postre suave y cremoso, muy popular en la repostería casera por su sencillez y sabor ligero. A diferencia de otras tartas de queso más densas, esta receta destaca por su textura esponjosa y fresca, gracias al yogur griego, que aporta un toque mediterráneo. Se suele preparar en ocasiones familiares, meriendas o celebraciones sencillas, ya que no requiere muchos ingredientes y su resultado siempre sorprende por lo equilibrado y delicado de su sabor.
Ingredientes
- 200 g de galletas tipo Digestive
- 100 g de mantequilla
- 20 g de cacao en polvo
- 500 g de queso crema
- 250 g de yogur griego natural
- 150 g de azúcar
- 3 huevos
- 50 g de harina de repostería
- Esencia de vainilla
Preparación
- Preparar un molde desmontable de unos 22 cm de diámetro, forrando la base con papel vegetal y engrasando bien toda la superficie.
- Triturar las galletas hasta obtener una textura de arena fina.
- En un cuenco, mezclar las galletas trituradas con la mantequilla derretida y el cacao.
- Cubrir el fondo del molde con la mezcla anterior, presionando bien. Refrigerar 20 minutos en la nevera.
- Precalentar el horno a 170 ºC.
- En un bol grande, batir el queso crema con el azúcar hasta lograr una mezcla suave.
- Añadir los huevos de uno en uno, sin dejar de batir.
- Añadir el yogur griego y una cucharadita de esencia de vainilla, mezclando bien.
- Tamizar la harina e incorporarla poco a poco, integrando sin grumos.
- Sacar el molde y colocarlo en una bandeja apta para horno.
- Verter la mezcla sobre la base de galletas y alisar la superficie.
- Hornear durante 40 - 45 minutos, hasta que la superficie esté dorada y al pinchar un palillo salga limpio.
- Dejar enfriar dentro del horno apagado con la puerta entreabierta.
- Sacar y refrigerar al menos 3 horas antes de desmoldar y servir.
Nota:
La textura puede variar según el tiempo de horneado: más cremosa si se deja menos, más firme si se hornea un poco más.
Sugerencia:
Decorar con una capa ligera de mermelada de frutos rojos, gelatina, miel o rodajas finas de fruta fresca para aportar contraste y color al servir.



