RECETA

Tarta de queso y chocolate blanco

80 minutos Normal 8 comensales

La tarta de queso y chocolate blanco es un postre que combina lo mejor de dos mundos: la cremosidad del queso y la dulzura suave del chocolate blanco. Tiene su origen en la pastelería moderna, aunque bebe de la tradición de las cheesecakes clásicas estadounidenses. Suele prepararse en celebraciones especiales como cumpleaños o aniversarios, ya que resulta elegante y deliciosa. Aunque requiere algo de tiempo, merece la pena por su textura aterciopelada y su sabor irresistible que conquista a todos los paladares.

Ingredientes

  • 200 g de galletas tipo Digestive
  • 100 g de mantequilla
  • 20 g de cacao en polvo
  • 300 g de chocolate blanco
  • 500 g de queso crema
  • 200 ml de nata para montar
  • 100 g de azúcar
  • 3 huevos
  • Esencia de vainilla

Preparación

  1. Preparar un molde desmontable de unos 22 cm de diámetro, forrando la base con papel vegetal y engrasando bien toda la superficie.
  2. Triturar las galletas hasta obtener una textura de arena fina.
  3. En un cuenco, mezclar las galletas trituradas con la mantequilla derretida y el cacao.
  4. Cubrir el fondo del molde con la mezcla anterior, presionando bien. Refrigerar 20 minutos en la nevera.
  5. Precalentar el horno a 180º C.
  6. Fundir el chocolate blanco al baño maría o en microondas a intervalos cortos.
  7. En un bol grande, batir el queso crema con el azúcar hasta lograr una mezcla suave.
  8. Añadir los huevos de uno en uno, sin dejar de batir.
  9. Incorporar el chocolate blanco fundido y una cucharadita de esencia de vainilla.
  10. Añadir la nata y mezclar hasta que quede homogéneo.
  11. Sacar el molde y colocarlo en una bandeja apta para horno.
  12. Verter la mezcla sobre la base de galletas y alisar la superficie.
  13. Hornear durante 40 - 45 minutos, hasta que el centro quede ligeramente tembloroso.
  14. Dejar enfriar dentro del horno apagado con la puerta entreabierta.
  15. Sacar y refrigerar al menos 4 horas antes de desmoldar y servir.

Consejo:

Preparar con un día de antelación para que la textura quede más firme y los sabores se asienten mejor.

Sugerencia:

Decorar con una ligera capa de mermelada y frutos rojos para aportar contraste de color y sabor.

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