Trucos gastronómicos

Aceite
Para evitar que el aceite de la sartén salpique al freír algún alimento debido a que contiene algo de agua, se puede espolvorear un poco de sal.
Para que al freír el aceite no haga tanta espuma, se puede poner dentro de la sartén un clavo grande de hierro nuevo mientras dure la fritura, guardándolo para futuros casos.
Después de cada uso, se debe filtrar siempre el aceite para limpiar las impurezas.
Albóndiga
Para que las albóndigas queden más jugosas se puede echar a su masa un poco de miga de pan remojada con leche.
Almeja
Al cocinar almejas vivas se debe controlar que se abran. Las almejas que no se abran una vez cocidas conviene desecharlas (no deben comerse).
Arroz
Para que el arroz quede más ligero es necesario sofreírlo un poco con el sofrito de la paella y a continuación verter el agua a la paella.
Para mejorar el sabor de una paella de pescado se puede verter una cucharadita de allioli mientras está en ebullición el caldo de la paella.
Berenjena
Para quitar el punto amargo a las berenjenas se pueden cortar en rodajas gruesas, espolvoreándolas con sal gruesa y vertiendo sobre ellas un poco de leche. A continuación, se dejan reposar unos 50 minutos, se escurren y se secan con papel de cocina.
Bogavante
Cuando se corte la cabeza del bogavante no conviene tirar el jugo que suelta, ya que le dará sabor al plato a preparar. La cabeza sofrita con un poco de aceite y un poco machacada también dará buen sabor a dicho plato.
Café
Para la aromatización de los postres se debe emplear siempre café muy cargado.
Para conservar bien el café es conveniente mantenerlo cerrado herméticamente en botes de cristal o latón.
Calamar
Para que los calamares queden más tiernos se pueden sumergir en leche unas horas antes de cocinarlos.
Carne
Para que la carne no pierda su jugo y quede seca conviene sazonarla después de asarla o freírla.
Ensalada
Para aromatizar un poco la ensalada se puede frotar un ajo partido por la mitad en la fuente o plato donde se vaya a preparar.
Harina
Antes de utilizar la harina es aconsejable pasarla por el tamiz. De esta forma se puede asegurar que no se vuelva grumosa y se aligere durante la manipulación.
Es conveniente conservar la harina en un lugar fresco y seco en botes cerrados con una hoja de laurel y con varios agujeros en la tapa.
Huevo
Las claras que no se utilicen, deben conservarse en el frigorífico dentro de un recipiente hermético (no más de tres días) o congelarlas. Si no van a ser utilizadas conviene tirarlas.
Una pizca de sal sobre la clara del huevo facilitará montarla más rápidamente.
Para pelar bien los huevos después de cocerlos se puede verter un buen puñado de sal al agua de cocción.
Cuando sea necesario cocer huevos, conviene sacarlos del frigorífico 50 minutos antes para evitar que se agrieten durante la cocción.
Para agregar las claras a punto de nieve a cualquier elaboración, conviene añadir primero una tercera parte. Una vez que estén bien unidas, se incorpora el resto. Se debe hacer la mezcla con movimientos envolventes, de abajo hacia arriba, con espátula de goma.
Para que las claras de huevo batidas a punto de nieve queden firmes, conviene añadir azúcar poco a poco cuando estén bien cuajadas.
Para que las claras de huevo queden más consistentes, al batirlas se pueden añadir dos o tres gotas de limón por cada huevo.
Para montar una clara de huevo debe estar desprovista de cualquier resto de yema. Como para batir es necesario separarlas, se puede utilizar una cucharita de café para retirar dichos restos.
Las yemas no se conservan en el frigorífico más de 24 horas. Para que no se reseque la superficie es conveniente humedecerlas con agua y conservarlas herméticamente cerradas.
Para separar la clara de las yemas, conviene disponer de un cuenco de cocina y romper con suavidad sobre él los huevos. A continuación, separar las dos mitades vertiendo la clara en el cuenco y pasando la yema de un lado a otro de la cáscara.
No es aconsejable batir huevo en un recipiente o una cuchara plateados porque provoca que se oscurezca la yema.
Para conservar mejor el huevo conviene colocarlo en la huevera con la punta hacia abajo.
Mantequilla
Cuando se vaya a guardar la mantequilla en el frigorífico, conviene hacerlo en un envase herméticamente cerrado.
Para hacer virutas de mantequilla, ésta debe estar muy sólida y fría. Conviene hacerlo con una cucharita de café previamente mojada con agua tibia para que las virutas salgan con facilidad.
Cuando se requiera fundir mantequilla, conviene cortarla previamente a pedacitos y colocarla en una cazuela a fuego bajo sobre una retina al baño maría, evitando someterla a un calor demasiado intenso.
Conviene sacar la mantequilla del frigorífico media hora antes de usarla, conservándola a temperatura ambiente.
Antes de utilizar la mantequilla conviene comprobar que esté bien conservada para evitar que los postres tengan como resultado final un fuerte sabor a queso.
Miel
Para medir la miel se deben utilizar cucharas de metal previamente calentadas.
Si la miel cristaliza, conviene licuarla colocando el tarro en un recipiente al baño maría durante cinco minutos y moviéndolo un par de veces.
Pasta
Para que la pasta quede más suelta y sabrosa se le puede añadir una cucharadita de mantequilla. También se le puede agregar una pastilla de caldo.
Salchicha
Para que las salchichas no se rompan al cocinarlas es conveniente pincharlas antes de freírlas y hacerlo a fuego suave.
Sardina
Para que las sardinas a la plancha queden más sabrosas no conviene quitarles las vísceras ni las escamas.
Sopa
Para que la sopa quede más ligera de grasa, una vez fría se puede dejar unas horas en el frigorífico hasta que dicha grasa se vuelva sólida. Después, con ayuda de una espátula u otro utensilio, resultará más fácil sacarla.